Autores:
- Fernando Lerma-Cobo
- Antonio Romero-Manchado (yo)
- Carlos Enriquez
- María Isabel Ramos
Como sociedad, tenemos la responsabilidad de conocer y dar a conocer nuestro legado patrimonial como seña de identidad. Una correcta documentación de nuestro patrimonio permitirá realizar posteriores estudios arqueológicos e históricos, así como acciones que potencien y favorezcan la restauración y conservación del mismo. Las futuras generaciones no perdonarían que esta herencia única e irremplazable sufriera cualquier pérdida.
Hoy en día es patente la fuerte amenaza por el deterioro que sufre nuestro patrimonio histórico. Aunque existen partidas presupuestarias de ámbito nacional, autonómico y local para su conservación, puesta en valor y difusión, cabe decir que los yacimientos y restos arqueológicos de cualquier época pasada, en muchos casos, quedan olvidados a su suerte.
El caso de Torre Benzalá, no es ajeno a esta problemática y al paso del tiempo. Dicha torre está situada en la provincia de Jaén, en el término municipal de Torredonjimeno, sobre la cima del cerro Ben-Zala a 544 metros sobre el nivel del mar y rodeada de olivos. Actualmente sólo subsiste un torreón de planta trapezoidal, de mampostería, perteneciente a una mota o fortificación, de la que apenas se dispone de información histórica sobre su construcción. Así mismo, cerca de su emplazamiento, se encuentra un asentamiento íbero-romano.
El estado precario de Torre Benzalá, que presenta indicios de ruina y posible derrumbe debido a los efectos climatológicos y la acción antrópica, requiere registrar el estado actual como documento para su estudio y una posible intervención.
En este trabajo se analiza el contexto geoarqueológico e histórico de Torre Benzalá. Por otro lado, se esgrimen argumentos sobre la necesidad de la utilización de las nuevas tecnologías para el estudio de nuestro rico patrimonio cultural y arqueológico.
El uso de técnicas fotogramétricas y los sistemas de información geográfica (SIG) facilitan el trabajo de documentación y análisis de los enclaves arqueológicos, que abarcan desde uno pormenorizado hasta uno global o de contextualización.
El uso, cada vez más generalizado, de los drones o UAS (Unmanned Aircraft System), tal y como lo define la ICAO (International Civil Aviation Organization), permite la captura de datos rápida y precisa. Viniendo a complementar otras técnicas no invasivas empleadas en entornos arqueológicos.
El levantamiento fotogramétrico ha permitido obtener un modelo 3D del objeto con un GSD de 1 mm. Una vez georreferenciado, por métodos topográficos, se han obtenido los MDEs (Modelo Digital de Elevaciones) de las cuatro caras de la torre y las correspondientes ortofotografías.
Los paramentos, desde el punto de vista de la arqueología de la arquitectura, han sido estudiados a partir de las ortofotografías, identificando los materiales utilizados y clasificándolos en unidades estratigráficas.
El estudio del contexto geoarqueológico constata que la ubicación geográfica de Torre Benzalá adquiere una importancia estratégica para el control del territorio. Con sus 544 metros de altitud, es uno de los puntos más elevados de la campiña sur de Jaén, facilitando la comunicación visual con otras fortificaciones enclavadas en lomas de similares características. Por último, el modelo 3D refleja y ayuda a cuantificar el grave deterioro de este Bien de Interés Cultural (BIC).
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